Recientemente cumplí años 18 y en el poco tiempo desde mi cumpleaños, he llegado a la conclusión, que por casi 10 años, había estado inventando que significaban 18 años de existencia, naturalmente, al crecer dibuje un boceto de como debería verme hoy.
Papá, mamá y la T.V, dieron todos su opinión: como me debería ver, que debería decir, como me debería mover, que debería saber, et cetera; y a pesar de que no este segura de que mi cerebro haya respetado el ritmo del tiempo según el calendario, al crecer físicamente, recolecte varios ejemplos de comportamiento y guías de conocimiento para el día en que cumpliera este numero especial y los guarde en un rincón de mi cabeza.
Debo admitir, intente exprimir tanto comportamiento “inapropiado” desde los 16 a los 17 años y en realidad esperaba que desde el momento en que el sol subiera el día de mi cumpleaños, me distanciaría lejos de todo pasado y de repente seria la personificación del rincón de mi cabeza.
Si lector, tu predicción acertó, esto funciono perfectamente y ahora soy la personificación de este ser perfecto. Gracias por leer. Fin.
Para nada, pero si lo intente y mientras lo he hecho, lentamente he entendido, pocas, de todas las inconsistencias y desajustes que existen profundamente entretejidas en el marco de mi identidad adulta, estoy orgullosa de estar en la dirección equivocada en cuanto al concepción original y estaría dispuesta a intercambiar mi dosis diaria de chocolate por borrar lo que guarde en el rincón de mi cabeza.
Las cosas en el rincón de mi cabeza cuando evocadas son bastante interesantes, son las cosas que cualquier niño puede absorber al crecer, cosas que cuando si le preguntáramos a una persona por que las hace, le darían una respuesta, pero cuando pensada a fondo, la respuesta no es muy convincente o satisfaciente.
Que cosas? Desde celebraciones tradicionales hasta dependencias adquiridas, instituciones establecidas hasta prejuicios sobre productos. Todas las cosas que un niño puede rápidamente aprender mientras crece y sin exactamente saber porque, implementa.
Un corto ejemplo: Llegue recientemente a los Estados Unidos y cuando lo hice, vi unos hombres en el bus y en la T.V con sus pantalones colgando bajo; ¿por que? ¡Pregunte! Investigue y encontré que esto representaba que en su vida habían pasado por dificultades. Originalmente, esto quería decir que habían estado en la cárcel y al llegar eran obligados a retirar sus cinturones entonces sus pantalones colgaban bajo. Cuando partían, obviamente podían adquirir un nuevo cinturón pero mantenían este estilo particular de pantalones bajos para representar sus tiempos difíciles. Esta bien, lo acepto, no creo que todas las personas que usen sus pantalones colgantes sepan esto, hayan ido a la cárcel o hayan estado en alguna dificultad, probablemente solo aprecien su estética, pero no es interesante entender el porque de lo que hacemos.
Este es el plan para mi columna, cada vez, intentare entender un diferente por que de las cosas que hago y veo, y espero que usted también se pregunte el por que de las muchas cosas que usted hace y ve.
Lea sin preocupación, usted no tiene que cambiar nada, pero tiene que aceptar que sería un mundo muy interesante si las cosas que hiciéramos coincidieran siempre con su sentido concebido.
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And now, for you gringos:
On Things We Do
I recently turned 18, and in the brief period since my birthday, I have come to realize I had been inventing for almost 10 years what 18 years of existence meant. Naturally, as I grew up I drew a sketch of what I should look like today.
Dad, mom and T.V all had a say: how should I look, what should I say, how should I move, what should I know, et cetera. And although I’m not sure my brain respected the pace of calendar time, as I physically grew I collected many examples of behavior and knowledge guides and stored them in the back of my head for the day I turned this special number.
I have to admit, I tried to squeeze as much “inappropriate” behavior as I could from ages 16 to 17. I actually expected that the moment the sun would rise on the day of my birthday, I would stray far from all past and suddenly be the embodiment from the back of my head.
Yes reader, your prediction asserts, this worked out perfectly and I am now the embodiment of this perfect being. Thank you for reading. The end.
Not at all. But I have given it a go, and while doing so, I have slowly understood a few of all the inconsistencies and mismatches that exist deeply woven in the frame of my adult identity. I am proud to be in the wrong direction from the original conception and would be willing to trade my daily piece of chocolate in exchange for the erasing of what I stored in the back of my head.
The things in the back of my head are quite interesting when evoked. They are the things any child can absorb while growing up, things that if you asked a person why they do them, they would give you an answer but when thoroughly thought of, the answer isn’t quite convincing or satisfying. What things? Ranging from traditional celebrations to acquired dependencies, established institutions to product prejudices, the are all the things a child can quickly learn and implement without exactly knowing why.
A brief example: I arrived fairly recently to the States and when I did, I saw some men on the bus and on T.V. with their pants hanging very low. Why was this? I researched and found out that this represented that they had been through hardships in life. Originally, it meant that they had been in jail and upon their arrival they were forced to remove their belts so their pants hung low. When they left, obviously they could get a new belt, but they kept this particular hanging-pants style to represent their tough times. Alright, I accept that, I don’t think everyone who wears low-hanging pants knows this, has gone to jail or even been through any hardships; most likely they just appreciate its aesthetic. But isn’t it interesting to understand the why of what we do.
This is the plan for my column: each time I will try to understand a different why of the things I do and see, and I hope you ask the why of many things you do and see too.
Read without worries. You don’t have to change anything, but you need to accept that it would be a very interesting world if the things we did always matched their conceived sense.